—¡Selena! —La pelirroja escucha como un murmullo aquella voz que hipnóticamente la atrae. Se dirige hacia la tienda, levanta la cortina que cubre la entrada y se asoma para ver de quien se trata. La mujer frente a ella, la exhorta a entrar.—Ven, no tengas miedo. La pelirroja se aproxima a esta con pasos firmes pero con su instinto alertándola de que pueda tratarse aquello. La mujer extiende el brazo ofreciéndole como un gesto de amistad su mano. La chica recibe aquel gesto de forma amable.—¡Qué linda chica eres! Ahora entiendo la razón de la rivalidad que tu presencia ha causado en mis dos hijos. —dice sosteniendo su mano entre las suyas con mucha sutileza y con una calidez inesperada por Selena.—¿Sus hijos? —pregunta confundida y sorprendida a la vez.—Deja presentarme. Soy Lunaire, la madre de Edwar y Bodolf. —dice soltando su mano. La chica se retrae un poco dando un paso hacia atrás.—¡No entiendo! Pensé qué…—¿Qué estaba muerta? —la chica asiente— Es lo que les he he
Selena se sentó junto a su padre quien comenzaba a mejorar notablemente. Su piel se regeneraba con rapidez y la cicatrización de sus heridas era inmediata. —¡Papá! —dijo tomando la mano de este entre las suyas.—Estaré bien, Selena. No es nada. —responde quejándose un poco del dolor.—No debiste enfrentar a Bodolf. —cuestiona la pelirroja.—Lo que no debí fue permitir que un degenerado como él te pusiera un dedo encima.Selena besa la mano de su padre y este desliza sus dedos en le rostro suave y delicado de su hija. —¿A dónde fuiste? —interroga el padre quien conoce la testarudez de su hija, seguramente debió ir detrás de la mujer extraña que ésta le comentó segundos antes de su lucha contra el lycan.—Esperaba afuera que te atendieran —responde, cumpliendo así la promesa que le hizo a Lunaire. Aún no entiende el por qué de su razones para no decir quién es realmente, sin embargo Selena cumple con su palabra de guardarle el secreto. —Creo que debes regresar a la mansión Se
Selena se aproxima a Pilar con interés de saber en qué momento terminaría la celebración para irse a descansar, emocionalmente se siente agotada.—¿Cuándo regresaremos a la mansión? Me siento un poco cansada.—Pensé que el alpha le había informado. Normalmente debemos permanecer aquí durante el tiempo que haya luna llena. —¿Qué? ¿Es en serio? —pregunta con tedio.—Sí, Selena. Pero si se siente mal, puedo decirle al alpha para que la mande a llevar.—¿Por qué no le dices señor? —En la manada no existen los rangos a nivel económico sino jerarquías, aquí Bodolf es nuestro líder y eso va más allá de un simple título, él es el alpha de la manada, nuestro guía y protector. Las palabras de Pilar hacen ver a Bodolf como alguien realmente bondadoso y de confianza. ¿Habría estado Selena errada en su percepción hacia el lycan? Sus dudas quedan aclaradas segundos después cuando se dirige a la tienda y encuentra a su esposo acostado al lado de una joven totalmente desnuda. —¿Qué se s
Minutos antes de la lucha entre el alpha y el Sigma…Selena es rodeada por los hermanos Spilman, quienes esta vez no piensan detenerse ante nada ni nadie. Están allí para llevar a cabo su venganza contra Bodolf, y eso harán.—Nos volvemos a ver Caperucita —sonríe con malicia el mayor de los rubios. Selena lo está aterrada, revive como una especie de déjà vu lo ocurrido un mes atrás, mira a todos lados buscando en medio de la penumbra a su salvador, deseando ocurra un segundo milagro y Edwar venga a rescatarla. Al ver que Connor se aproxima a ella, lo confronta:—¿Qué es lo que buscas? Déjame en paz. —responde jadeante y desesperada.El lycan no le contesta, apenas hace un gesto con su cabeza y entre los tres sujetan a la pelirroja. Mientras uno de ellos le sujeta con una soga ambas manos, el otro cubre su boca con una mordaza y el tercero de ellos la levanta, la coloca sobre su hombro y huyen del lugar. A pesar de que pensaron sería más difícil, todo resulta más sencillo de lo q
La búsqueda de los dos lycanes se hace interminable; no hayan rastros de Selena. Pareciera como si se la hubiese tragado la tierra. —¿Dónde diablos puede estar metida? —masculla Bodolf. Edwar lo ve de reojos y mueve su cabeza en señal de desaprobación por aquel comentario.El amanecer comenzaba a tenderse frente a sus ojos, por lo que los lycanes regresan a su forma humana para evitar ser vistos por los habitantes de aquel lugar. Habían caminado durante varias horas hasta llegar a un caserío desconocido por ellos.—Es mejor volver. —advierte Edwar y Bodolf se encoge de hombros. —Como digas. —responde parcamente. Luego, de forma inesperada, observa de pie a cabeza a su hermano— Por cierto, cuando recuperaste tu movilidad. —cuestiona el alpha.—Eso no es de tu incumbencia. Quizás preferías que estuviese postrado en esa silla de ruedas.—Vamos Ed, de que me serviría que estuvieses inválido. —el Sigma lo mira con fiereza.—Regresemos y deja de preguntar cosas sin sentido —mascull
—¿Qué haces? —le pregunta ella al ver que se aproxima.— ¡Aléjate de mí! Conall la observa de pie a cabeza, camina hacia ella hipnotizado ante su belleza.—¡Dije que te detengas! —insiste ella. Él puede ver como Selena tiembla aterrada, mas no parece escuchar sus palabras, ni sus ruegos. Finalmente estando muy cerca de ella, la acorrala con sus brazos dejándola contra la pared. Selena puede sentir todo su cuerpo temblar de miedo, la adrenalina en su sangre subiendo hasta su rostro, sus piernas como gelatinas temblando y el terror dibujado en sus ojos.—¿Tienes miedo? —le susurra al oído, la pelirroja puede sentir su aliento en las mejillas.—¡No me hagas daño por favor! —pide en tono suplicante. Conall comienza a enojarse, su labio superior se mueve con rapidez. Desea poseer a aquella híbrida, sentir la suavidad de su piel, acariciar sus pechos turgentes y tocar su vagina.—No lo hagas por favor, no me hagas daño, te lo ruego. ¡Estoy embarazada! —emplea esta ultima frase in
Conall sostiene ambos tobillos de la chica con fuerza aunque ella tira de sus propias piernas evitando que este logré doblegarla y abusar de ella. Sin embargo, su esfuerzo es vano, pues la fuerza del beta es superior al de ella. El Beta separa sus rodillas y cuando se posiciona entre sus piernas, la puerta se abre abruptamente. El lycan es sujetado con fuerza por el cuello, y apartado de Selena cuyos ojos brillan al ver que se trata de él.—¡Edwar! —exclama ella.El rubio intenta soltarse de su agarre pero la ira de Edwar es incontenible. El sólo hecho de pensar que su amada luna estaba a punto de ser ultrajada, lo llenan de rabia. En medio del forcejeo y como puede Conall logra quitar el brazo del lycan de su cuello. Ambos se enfrentan en una terrible contienda a muerte. Los lycanes combaten de forma feroz y despiadada. Cada uno de sus movimientos envuelven la astucia y experiencia de cada uno. Edwar cuya experiencia supera al rubio es inminente. Aún así, el lobezno no se dejar
Selena corrió sujetando con fuerza la mano de Edwar. Todo ocurrió de manera tan rápida y angustiante que no tuvo chance de pensar y notar que el sigma podía caminar nuevamente. —¿Puedes caminar? —preguntó jadeante en el momento que este se detiene para tomarla en brazos y lograr cruzar el riachuelo que se tiende frente a ellos.Edwar sólo sonrió como respuesta obvia a la pregunta de la pelirroja, ella se sujetó de su cuello, mientras él, con largos pasos atravesó el río de unos dos metros de ancho. —Esto me recuerda a nuestra primera vez —murmuró ella sin dejar de verlo. Sin embargo para Edwar aquella situación no sólo era estresante por el hecho de haberla imaginado en peligro, sino que aunque esa pudiese ser una oportunidad para huir con ella, sabía que sus actos podían generar un caos en la manada. Mucho más, estando en luna llena.Llegaron hasta una cueva, el sigma estaba agotado, no sólo por tener que atravesar todo el bosque con Selena en brazos, sino por la lucha que ha