CAPÍTULO 17 — Días excepcionales y una confesión.
Los entrenamientos oficiales siguieron su curso a lo largo de las semanas que transcurrieron, mientras Briana se sentía más unida a Ethan. Literalmente él dejaba las tardes para ellas, y todo el tiempo paseaban a un lugar diferente, siempre y cuando ella no tuviera clases particulares.
Maya estaba comenzando a gesticular sonidos diferentes, y fue un día de piscina cuando los tres estaban rociando agua, cuando Maya dijo la palabra “Pelota” de forma atropellada.
Tanto para Briana como para Ethan fue emocionante escucharla, progresar, y fue Briana la que dejó a Maya en un inflador seguro, mientras se giró hacia Ethan.
—En dos días, Maya cumplirá los nueve meses… —Ethan parpadeó lento acercándose a ella, y negó.
—¡Qué rápido! Pronto ya no será una bebé… —se acercó lo suficiente como para poner nerviosa a Briana mientras ella trató de parecer normal.
—¿Crees que podamos hacer algo especial? Quiero decir, sé que estás ocupado, pero podemos…
—Tengo una idea… —Ethan interrumpió—. He escuchado