Rachel Blaine no podía creer el descaro de aquel hombre. Lo observó con una mirada cargada de reto, una pequeña expresión divertida surgió de la nada de su parte, mientras por dentro hervía de rabia, pues no estaba dispuesta a permitir que Alaric Winter sintiera que tenía poder sobre ella.
—Señor Winter, creo que está confundido, ¿por qué tendría yo alguna razón o siquiera poder para retirar a mi sobrina de este lugar? —El tono de Rachel sonó despreocupado y tranquilo.
Mientras, Alaric solo la observaba con una expresión que parecía una burla, algo que efectivamente era, pues no podía creer que la mujer que amaba fuera tan buena mintiendo.
De no ser porque aquella niña era la viva imagen de su madre, él incluso le hubiese creído a Rachel, pero era más que obvio que aquella niña compartía su sangre.
—Ya veo, tal vez fue mi error, creía que tenías el poder para decidir sobre tu "sobrina" —Rachel se tensó al escuchar su tono condescendiente, le sonrió con tranquilidad y justo cuando inte