—¿Eres mi papá? Pero también eres el papá de Alexei... —Alaric no sabía cómo explicar aquello, cómo podría decirle a su pequeña hija que él le había causado mucho daño a su madre, que no merecía ser llamado padre por ella.

Que, de hecho, la mayor razón por la que había puesto una línea entre los dos era debido a la culpa, pues él no podía mostrarse ante todos como lo era, la pequeña niña de sus ojos, pues era un hombre ruin.

Uno que había embarazado a otra mujer estando casado con su madre, o por lo menos eso le habían hecho creer.

Y aunque no fuera del todo cierto, Alaric no sabía si en realidad había o no llegado a tener intimidad con Triana y por ello aún se culpaba.

—Yo… yo no… —Alaric no sabía cómo explicarse, pero entonces Orión habló ante el silencio y los tartamudeos de Alaric.

—Cariño, ¿qué dices? Escuchaste mal, vamos arriba, debes dormir. Se supone que estabas teniendo una siesta, ¿cómo es que pudiste escapar de tu habitación...? —Orión la tomó en forma de juego, haciendo q