100. Falta el tercero
No era Gerald un hombre que dejara con vida a un enemigo. Scarlett es lo único que lo ha mantenido a raya de no torturar a Esad como lo estuvo haciendo con Elijah. La única condición por la cual lo dejó vivir sólo se debe a lo que podía sacar de él. Todavía con recelo recuerda su conversación.
Cuando quedaron solos, Esad trató de acomodarse en el suelo donde fue esposado, mirando a Gerald de la misma manera. No sólo lo observaba como si fuese el causante principal de sus desgracias, sino también como el enemigo que debía atacar. Esad permaneció en silencio unos cuantos segundos antes de carraspear y entrecerrar los ojos con claro escepticismo.
—Quiero saber —Gerald comenzó con calma—, qué sería tan importante para ti para a venir a mí cuando eres tan desechable como cualquier otra basura.
—Entérate desde ahora. No quiero nada que provenga de ti. Vine porque supe lo que le sucedió a Scarlett —Esad fue el primero en atacar con ojos llenos de ira—. Sabía que a tu lado no viviría bien.
—L