—Una incompetente. Eso es lo qué eres. Éste año casado contigo no fue sino una idiotez de mi familia. ¡Casado con una discapacitada qué nada puede hacer! Ni para soltar un solo gemido —el hombre lanza los papeles directo hacia al pecho de Scarlett—, los malditos papeles del divorcio.
Los ojos de la mujer, a quien habla, no están más qué dolorosamente horrorizados. Intenta sostenerse de la puerta y escuchándolo, se da cuenta que su esposo va en serio.
—Eres infértil y tu familia pagará por haberme mentido —el hombre la señala, mirándola como siempre ha hecho todo éste tiempo.
Odio.
Cuando él retrocede, furioso, Scarlett abre los ojos y traga saliva. Lo alcanza, agarrándolo por el brazo.
—¡No me toques! —el manoteo la tumba al suelo. Scarlett se lleva las manos a su vientre, impactada por lo que su ahora exesposo acaba de hacer. Su cartera también se cae con las cosas que lleva dentro—, lo único que tenías que hacer era quedarte embarazada y ni para eso sirves. No hablas, no dices nada, ¡Me cabrea hasta morir que mi esposa parezca un jodido fantasma! No quiero que pases otro segundo más aquí. La familia Montgomery pagará por esto. ¿Scarlett Montgomery una buena esposa? No es más que un estorbo.
Scarlett, quien intenta ponerse de pie nuevamente, recogiendo su cartera, mueve las manos. Sólo puede expresarse a través del lenguaje de señas, pero desgraciadamente el hombre que tiene delante no la entiende, ni quiere entender.
—¡No entiendo nada de lo qué dices! Te convertiste en una molestia desde qué llegaste a ésta casa donde tu familia te echó porque no eres más que una carga. Tu familia tendrá que responder por éste fiasco y tú —Cillian Harworth, endiosado por su fortuna y por su atractivo, ignora su intento de darse la vuelta. La toma por el brazo—, no me diste el hijo que te pedí así que no sirves ni en la cama.
Scarlett mueve la cabeza una y otra vez porque no cree que esto esté pasando.
—¡Vete! ¡Y firma los divorcios antes de que llame a tu pútrida familia y le exige inmunización por su mentira!
—¿Cillian? ¿Dónde estás? —cuando Scarlett oye esa voz desde atrás, su mundo colapsa.
Scarlett se da la vuelta justo cuando una nueva mujer da acto de presencia. Una hermosa mujer morena tomándose el vientre. Al principio parece sólo confundida, pero cuando observa a Scarlett, su rostro se dobla en la discordia. Un destello desagradable es notable en ella.
—¿Qué hace ésta mujer aquí? Me dijiste que no tendríamos problemas, ¿y aún está aquí? —la mujer pregunta, bajando los escalones. Con la mano en su vientre, Scarlett queda petrificada al darse cuenta que está embarazada de algunos cuantos meses.
—Olivia —Cillian sonríe al mirarla—. Ésta mujer estaba a punto de irse.
Scarlett comienza a quedarse sin aire. ¿Su esposo le fue infiel? ¿Su esposo embarazó a otra mujer? ¡¿Cómo es posible?! Ella se pregunta con lágrimas en sus ojos incapaces de controlar.
—Lárgate —Cilian ordena una vez más—. ¡Ahora! Antes de que llame a los de seguridad porque ésta ya no es tu casa. Olivia será mi esposa y la madre de mi hijo.
Scarlett rompe a llorar, moviendo la cabeza.
—¿Ésta es la tonta mujer que no habla, verdad? —Olivia, alzando el rostro con el desdén que Scarlett nota, se acerca a ella inclinando la cabeza—. ¿Qué no escuchaste? Largo.
Scarlett respira con rapidez, mirando a ésta mujer petrificada, y aún más cuando ve su barriga. La amante de su marido no tiene intención de comportarse amablemente. Y con su insulto a su mutismo los dos tienen algo en común.
—Qué te largues —Cillian la toma del brazo. Al lastimarla, Scarlett aprieta los labios, tratando de quitarle la mano de encima—. No quiero a una maldita muda en mi casa.
Scarlett es arrojada hacia la puerta de la casa. A pesar de su dolor, no puede emitir ningún sonido, lo que parece ser motivo para que los demás la traten como quieran.
—Lo qué querías era quitarme mi dinero y hacer que tu familia tenga más renombre, ¿o crees que no lo sé?
Scarlett mueve la cabeza. Un puñado de lágrimas acompañan éste dolor que se convierte en su pesadilla. Un dolor que ha venido ocultando desde hace tanto tiempo. Cilian la lleva hasta la salida de la puerta, con Olivia por detrás, disfrutando de cada momento la ruina de Scarlett, la mujer que le impedía estar con Cillian.
—Ahórrate tus balbuceos sin sentido porque no entiendo un carajo —Cillian la suelta, haciéndola tambalear. Scarlett cae en la grama verde y húmeda por la lluvia, sin fuerzas. Pese a llorar, no hay quejidos o sollozos. Alza la mirada cuando Cillian se limpia las manos, como si hubiese tocado algo desagradable.
—Pobre idiota —Olivia se echa a reír, colocándose detrás de Cillian y descansando la barbilla en su hombro—. Si no te marchas ahora mismo seré yo quien te saque por los cabellos. ¿Quieres eso, muda? —y termina con una sonrisa.
Scarlett hubiese podido seguir con éste matrimonio si la clínica le confirma qué si está esperando un hijo de Cilian.
La inseminación artificial es lo único que puede salvar éste matrimonio. Cilian quiere un hijo, y su familia también quiere que esté embarazada. Pero…¡¿Cómo puede decirle a todos que ella no es del problema…?!
¡Sino Cilian!
El esperma de Cilian es bajo. ¡Nunca podrá embarazar a una mujer! Pero admitir algo como eso sería sentenciar su muerte. Y su amante está embarazada. Entonces…¿La clínica le mintió? Sería la culpable no sólo de la destrucción de la familia Harworth, sino de la suya propia. Sus familias buscan un heredero para estrechar los lazos entre ambos apellidos.
Si no le da el heredero a Cilian, Scarlett jamás podría salvar a su madre de las garras de la familia Montgomery.
La separaron de su madre una vez Scarlett nació como la bastarda de su padre, y cuando su hermana, la heredera, murió, la tomaron a ella para que tomara el puesto.
Pero eso solo trajo una vida miserable a Scarlett ya que jamás se le permitió ver de nuevo a su madre. Su tía, su única tutora, le prometió que volvería a ver a su madre si se casaba, ya que el escándalo que surgió con el asesinato de su padre dejó a la familia Montgomery es una situación muy precaria y tendrá su fortuna si sólo se vuelve una mujer casada.
Sólo el matrimonio con un influyente joven de su edad lograría apaciguar las aguas y su estatus en el mundo de Chicago.
Ahora…¿Cómo verá a su madre otra vez sino ha cumplido con lo que se le asignó?
Scarlette toma el primer taxi bañada en lágrimas. El conductor le pregunta el lugar y tragando saliva le señala el nombre de la clínica en el teléfono.
Cuando baja del auto, Scarlett corre hacia la oficina de la doctora que la ha estado ayudando en esto. La inseminación artificial no ha servido de nada, y ahora su exesposo espera un bebé con su amante. Ya no le sirve a su familia, y su tía de seguro la hará pagar por esto. Cuando le diera el hijo a Cillian tendría parte de su herencia que su tía le prometió para dárselo a su madre, y cuando acabara el matrimonio con Cilian, se la llevaría lejos y desaparecería para siempre de la vida de los Montgomery y de su tía.
Su familia la manipuló. Era su madre, o ella.
—¡Scarlett! —reconoce la voz de la doctora. Cuando la ve desesperada, no tarda en tomarla en brazos—, ¿¡Qué sucede, Scarlett!?
Como no puede respirar Scarlett se sienta en la oficina de la doctora.
—¿Qué pasó? —pregunta la doctora—. ¡Mírate! ¡Estás pálida!
“Cillian me dio los papeles de divorcio.” Scarlett mueve las manos. La doctora puede entenderla, es una gran amiga suya y es la única persona que conoce en el mundo que sabe el lenguaje de señas. Aún sigue llorando.
La doctora parece enrojecer, pero de la preocupación. Scarlett nota ésta extraña mirada. Mueve los dedos.
“¿Qué pasa?” es lo que pregunta Scarlett
—Hay algo qué debes saber, Scarlett. Y te pido, por favor, qué me perdones. Fue un error de Elijah, y yo lo asumiré. Necesito que escuches primero lo que tengo que decirte.
Scarlette traga saliva. ¿Qué está pasando?
La doctora toma sus manos.
Cierra los ojos.
Suspira.
—El esperma que te inyectaron para la inseminación no fue de cualquier hombre. Es…el esperma es de —la doctora traga saliva, con mirada pesarosa—, un poderoso magnate de ésta ciudad. Y no es solo eso. Se trata de Gerald Van Rome.
Scarlett se levanta de la silla de tirón.
—Lo lamento. No sé qué sucedió. Los exámenes se mezclaron, también las pruebas. Sé que tu tía hizo todo esto en contra de tu voluntad y no pude interferir porque ya era demasiado tarde. Elijah aceptó el soborno de tu tía porque la mujer que tenía que ser inseminada no llegó. Dios, Scarlett, lo lamento tanto. Me haré cargo de todo, lo prometo. Esto no puede dejarlo pasar, y cuando el señor Van Rome se entere lo que ha pasado, armará no solo un escándalo, sino que cerrará mi clínica. Dios, este error nos costará tanto. Y lo lamento tanto.
“Ese hombre” Scarlett comienza con sus dedos.
—No te preocupes por nada. Solucionaremos esto.
“Pero si él sabe de esto no volverás a trabajar más nunca…”
La doctora da una simple ojeada de dolor a Scarlett.
—Eso no importa, Scarlett. Este error es imperdonable. Elijah sólo le importó el dinero que tu tía le dio.Hay un contrato de por medio con el señor Van Rome y créeme, no sé cómo lo tomará si se llega a enterar de éste error.
Scarlett baja la mirada hacia su vientre cuando Mary vuelve a hablar:
—En tu vientre crece el hijo de Gerald Van Rome, de unos de los magnates más poderosos de ésta ciudad.
—No puedes quedarte embarazada y tenemos que atar como sea a la familia Harworth —su tía la agarró del brazo, empujándola. Scarlett apenas se había levantado de una profunda anestesia en la sala de un hospital. La expresión de Scarlett había sido de horror. —Tuvimos qué sedarte porque estabas como loca. Pero ya no te preocupes más, querida. En tu vientre ya llevas nuestra llave a la gloria. ¿Puedes creerlo? Ya nuestra redención volverá, nuestras familias se unirán y serás la madre del heredero de los Harworth —confesó su tía, de brazos cruzados frente a ella—. Llevas a un bebé dentro de ti.Scarlett creyó que la habían abofeteado cuando escuchó a su tía. Comenzó a removerse de la camilla, dándose cuenta que incluso estaba atada. —Una inseminación artificial, no te preocupes. No pasa nada, linda Scarlett —su tía le acarició el cabello pelirrojo con suavidad—, ya tienes un hijo en tu vientre.Scarlett movió la cabeza con lágrimas en los ojos. ¿Cómo fue capaz de hacerle eso? Su tía pa
Scarlett permanece inmóvil en su sitio al verlo. Él no puede reconocerla. ¿Verdad? No, claro qué no. Su familia la ha mantenido oculta toda la vida por su discapacidad. Ni siquiera ha asistido a ninguna de las fiestas de su familia. Nadie sabe el rostro de éste hombre. Absolutamente nadie. Peligroso, corrosivo, la oscuridad misma y con el mundo postrado a sus pies. Todo éste territorio es suyo y una familia no puede estar en el territorio de otra sin su permiso. Si éste hombre se entera quien es ella, la asesinará, y de quien es hija y nieta. Scarlett aguanta la respiración. —¿Me entendió? Parpadea, oyéndolo. Sus manos se agarran con fuerza, pero no mueve la cabeza para señalarle que entendió. Prefiere sólo permanecer con el corazón en la mano mientras busca la forma de salir de éste lío. No. Una y mil veces no.—Señorita.Scarlett asiente.—No ignoraré el hecho de que la clínica no me comentó de su condición —el señor Van Rome entrecierra los ojos amenazantes—. Demandaré al hospit
Adormilada, Scarlett se remueve de la superficie en donde está. Sus ojos entrecerrados ven la luz del día traspasar por las mismas ventanas de la sala de Mary. Se levanta, con un fuerte dolor de cabeza. El primer recuerdo viene a su mente y se lleva las manos al vientre. Lágrimas de sus sufrimientos golpean sus mejillas, temerosa de que la idea sea una realidad. Se levanta del suelo con rapidez, y sigue aturdida. Cuando vuelve a caer, una risa viene desde un punto de la sala. Scarlett parpadea buscando el responsable.—Tu misma fuiste la culpable de ese golpe —Cillian parece beber algo.Scarlett se arrastra hacia atrás. Es un demonio mismo, pero ahora la idea de estar sola con él, y luego de sus amenazas contra su bebé la aterran, incluso más cuando estaba con el señor Van Rome. Vuelve a tocar su vientre.Cillian da pasos hacia ella para tomarla del brazo sin perder más tiempo, arrastrándola hacia la puerta.—Qué lástima que ese golpe no te mató, hubiese sido perfecto —Cillian suelta
La última vez que había dormido tanto fue en su niñez, donde todavía seguía con su madre y no la habían separado de ella. Scarlett bosteza, levantándose de una superficie cómoda. No abre los ojos todavía, porque, aunque sienta que ha descansado, el malestar continúa. Poco, pero continúa. Sólo se escucha el silencio en éste lugar. Abre los ojos, y lo primero que observa es a una mujer tocando las cortinas blancas de la habitación. Scarlett observa las mantas, tratando de entender lo qué sucedió…El rostro de Scarlett cambia al sobresalto, y sale de la cama. Debido a sus piernas débiles cae al suelo, y llama la atención de la mujer presente. —¡Señora! —la mujer también cae con ella, con los ojos abiertos—. ¡¿Qué le sucede?!Scarlett señala su vientre. Las lágrimas salen por sí solas. Para ella Cillian realmente la hizo abortar y ahora la han dejado sin nada. Su bebé ya no crece en su vientre y Cillian logró su cometido. —¡Señora! —la mujer toma sus manos—. No se preocupe. Llamaré al
Su esposa.Esposa del criminal más buscado en éste país y a la vez del más poderoso. Un magnate que corrompe todo a su paso. Palabras que reflejan la autoridad suprema del hombre con quien nunca debió tropezarse. Scarlett no creyó que podría existir alguien peor que Cillian, o los hombres de su familia.De su propiedad. De él. Scarlett traga saliva, incomprendida a todo lo que pasa a su alrededor, al lugar donde está, a las intenciones siniestras de éste hombre. No puede huir ahora. La manipulación de Zayda la ha puesto en éste laberinto sin salida y crece un niño dentro de ella también ajeno al mundo donde nacerá.—Antes que nada —Gerald se coloca de pie. Scarlett atrae las manos a su pecho en un intento de ya no tocarlo—. ¿Qué es ese hombre para usted?Scarlett no tiene nada para comunicarse con él o responderle las dudas. Entiende que las personas son ajenas a la voluntad suya de no poder, literalmente, decir una sola palabra. No quiere recordar a Cillian, y todo el horror por la q
No ha dormido. Scarlett sólo vio por la ventana buscando alguna posibilidad para escaparse. No la ha encontrado. En vano, dejó caer la cabeza en la ventana y así ha estado por unas cuantas horas.Alguien toca a su puerta.Es Dorothy otra vez, con una sonrisa. Trae su desayuno.—Buenos días, señorita Scarlett —dice Dorothy—. ¿Se siente bien?La comunicación con las personas de ésta casa será fatal. Sólo puede usar el lenguaje de señas con Mary…¿Mary? Una idea descabellada pasa por la mente de Scarlett al recordar lo que el señor Van Rome le haría al hospital de Mary y lo que le haría a ella. Dios. ¿Qué sucedió después que Cillian se la llevó? ¿Dónde está Mary? Scarlett aprieta los labios con pesar. Vuelve a Dorothy y se acaricia el vientre.—¿Quiere ir al baño, señorita? —sabía que Dorothy es inteligente—. Oh, de acuerdo. Sígame, por aquí —responde Dorothy con una sonrisa luego de ver a Scarlett asentir.Toma una bocanada de aire levantándose de la silla. Observa los pasillos con deter
—Ahora firmará los papeles del matrimonio.Scarlett mueve la cabeza. ¡No, no y no! Su expresión va desde la incredulidad hasta el terror. Él no puede obligarla.Scarlett niega con un movimiento de cabeza.Gerald entrecierra los ojos, fijo totalmente en Scarlett. Teme de que ataque ahora, que la asesine por haber pisado su territorio y por mentirle, que la torture como todos dicen que él hace con sus enemigos. ¿Y el niño en su vientre? ¿Qué hay de él? ¿O de ella? No es sólo de él. Estaba inconsciente cuando le hicieron la inseminación así que no hizo ningún trato con éste hombre. ¡Éste hijo es suyo sin ningún tipo de contrato!—Firme —Gerald sentencia—, no quiero que esto se alargue. No se lo recomiendo.Scarlett mueve los labios, aunque no pueda hablar, no está absuelta de que los demás lean sus labios.“No quiero.” Es lo que intentó decir.Gerald la mira con intensidad. Scarlett está arriesgando demasiado.—No le estoy preguntando —Gerald mantiene la calma, pero su paciencia parece a