Mundo ficciónIniciar sesión~Marian~
Puedo sentir cómo la falta de aire me afecta y me agarro del brazo de mi padre, me ayudan a sentarme, y la familia de Stefan me echa aire con un pequeño abanico de mano. ¿Por qué está aquí? ¿Quién carajos es? —Voy a llamar al médico, ya regreso. —No es necesario, papá, solo fue un mareo —me acomodo—. Lo siento. ¿Por qué actúa como si no me conociera? Él se ve tan serio y distante en compañía de una mujer hermosa de cabello rubio que se mira enamorada. —Podemos aplazar la cena para después —la madre de Stefan me da una sonrisa—. Te ves pálida. —Estoy bien, gracias. Me acomodo, tomando aire y decidida a saber qué está pasando. —Parece que viste un fantasma —habla el padre de Stefan. —Puede que sí lo haya visto —le sonrío. Todos sueltan una carcajada. Si este hombre se le ocurre hablar toda mi vida se vendrá abajo y es lo que menos quiero, pensé que nunca más lo vería. —Cariño, entonces, me gustaría presentarte a mis padres que ya saben todo de ti —señala a sus papás que me abrazan llenos de emoción—. Y, por supuesto, al mejor de los hermanos… Luck. Señala al hombre con el que hace semanas bailé toda la noche y con el cual me acosté y disfruté como nunca, y es como si todo a mi alrededor cambiara de color y se formara un caos dentro de mí. ¿Qué demonios he hecho? Esto podría cambiar mi vida, si mi padre llega a saberlo se decepcionaría de mí; Me he acostado con mi cuñado. Lo quedo mirando sin decir nada, extiende la mano con amabilidad y me da un corto abrazo. Es como si no se acordara de mí, o simplemente, está fingiendo. —Un gusto conocerte, Marian —reafirma mi nombre—. Mi hermano no dejaba de hablar de ti, moría por conocerte. —¿Sí? Qué bueno saber que hablaba de mí, también es un gusto conocerte, Luck… —Espero que se lleven bien, tú eres la mujer que amo y él el mejor hermano que la vida me dio —lo abraza—. Ah, ella es Renata, la esposa de mi hermano, y su hija Rita. La mujer me sonríe de manera sincera y me abraza, la niña de algunos cinco años me sonríe, pero no me abraza. ¿Así que tiene familia? ¡Carajo! Esto es una gran sorpresa, no solo es mi cuñado, sino que tiene una familia que parece feliz. Esto sí que es una sorpresa. —Me alegra conocerlos —les sonrío. —A nosotros también, eres una mujer hermosa, mi cuñado se quedó cortó al decir que eras bella —Renata habla emocionada—. Eres demasiado hermosa. Sí, pero cállate. —Gracias, pero basta de halagos, pasemos a la mesa. Les doy una sonrisa y todos asienten, pasando a la mesa. Stefan se sienta a mi lado, agarrando mi mano, él me hace sentir bien, pero no me siento libre a su lado, siento que no me conoce y yo tampoco a él. Hago silencio ante la conversación de mi padre con los padres de Stefan, no le gusta que opine cuando él habla, le parece mala educación. Desvío mi mirada hacia Luck que ni siquiera me mira, se ve contento con su mujer y su hija. ¿No se acuerda de mí? —Voy al baño, permiso —me disculpo, poniéndome de pie. —Voy contigo, así aprovecho y no voy sola. Renata se levanta con una sonrisa, le da un beso en los labios a Luck a lo que él le sonríe. Descarado. Me lavo las manos saliendo del baño y espero a Renata, esta mujer parece que tiene la sonrisa tatuada, por Dios, se ve feliz. —Pareces una mujer feliz con tu familia —hablo, disimulando mi interés—. Se ven bien juntos. —Soy muy feliz, la vida me premió con un gran hombre que sabe amar y me ha cuidado —se acomoda el cabello—. Te aseguro que serás igual de feliz con Stefan, es increíble. —Mmm, de eso no tengo dudas. Se acomoda el cabello y sale del baño, me parece que es buena persona, pero de alguna manera me molesta saber que es la mujer del hombre que le entregué mi virginidad sin pensar en las consecuencias. Termino de secarme las manos y salgo, voy distraída y me jalan del brazo, metiéndome en una de las habitaciones, estoy por quejarme y me quedo callada al ver que es Luck, sus ojos buscan los míos por unos segundos y se hace a un lado. —¿Por qué demonios no me dijiste que tenías novio? ¡Carajo, Marian, te vas a casar con mi hermano! —habla entre dientes, conteniendo la rabia. —Y tú no me dijiste que eras casado, ni siquiera tenías el anillo. No te quejes ahora. Se desordena el cabello con desesperación. —Mi hermano está enamorado de ti, piensa que eres una chica ejemplar, no puedes estar viviendo bajo mentiras. Suelto una risita, escuchando lo que dice. —No seas cínico, todos en la mesa están seguros que eres el hombre ideal y resulta que te acuestas con otras chicas. Eres una farsa. —Tú eres peor que yo. —¡Era virgen, imbécil! Suelto las palabras y sus ojos se vuelven grandes y llenos de rabia a la vez, es como si hubiera desatado la furia en él. —No mientas. —No lo hago. —¡Mi hermano me va a despreciar! —le da un golpe a la pared—. No puede volver a pasar, lo que sucedió esa noche lo olvidaremos. —El primer hombre no se olvida. —Lo harás, no le haré daño a mi hermano por ti. Doy un paso hacia él, logrando que me mire a los ojos y le sonrío. —Eres tan cobarde, Luck. —Y tú eres el claro ejemplo del engaño —desliza sus dedos por mi brazo—. Todos creen que eres inocente. —Lo soy. —En la cama tu inocencia se vuelve deseo; Pecadora. —Peco por ti. Me sonríe y se va. “Joder, joder” ¡Cómo carajos pierdo mi virginidad con mi cuñado! ¡Dios! Esto debe ser una pesadilla, y puede cambiar mi vida.






