Capítulo 4; ¿Arrepentida?

~Marian~

—¿Estás bien?

Me giro sobre mis pies al escuchar la voz de Stefan. Decidí salir a tomar aire, ya no aguantaba un segundo más en la mesa con todos que parecen como si nadie guardara secretos cuando en realidad todos escondemos algo.

—Hace frío —Stefan me cubre con su saco—. Tengo que cuidar a la chica que será mi esposa.

—¿Por qué me elegiste a mí?

La pregunta deja mis labios antes de que reaccione.

—Me has gustado desde que te conocí, por eso no dudé en aceptar la propuesta de tu padre de salir contigo, eres una buena mujer y estoy seguro de que tendremos un hogar hermoso. Veremos nuestros hijos correr por la casa.

¿Hijos? Realmente, no sabe nada de mí, ni siquiera quiero ser madre, lo único que quiero es vivir sin ataduras.

—No hay que pensar en eso todavía, falta mucho tiempo.

Me sonríe, pasando su brazo por mi hombro y me abraza, huele a perfume. Me hace sentir segura, lástima que sienta que corta mis alas.

—¿Crees que seré una buena esposa?

—La mejor de todas —acaricia mis labios, dejando un beso en ellos—. Pronto serás mi mujer, seré el primero hombre en tu vida.

Sus palabras hacen que me aleje unos centímetros. ¿Qué pasará cuando sepa que perdí mi virginidad con su hermano? Ya no soy pura, y lo peor es que en medio de todo me cuesta aceptar que ahora Luck es mi cuñado.

—¿Es importante para ti ser el primer hombre con el que tenga intimidad?

—Lo es, me parece que es una manera de entregarse en cuerpo y alma.

“Me vas a odiar…”

—¿Acaso no eres virgen ya?

Su cara de horror se hace presente, le doy un pequeño beso para que olvide lo que ha dicho.

—Lo soy, seré tuya cuando nos casemos.

Está por responder y se queda callado, mientras sonríe y camina un par de pasos, veo que está abrazando a Luck de la manera más feliz posible. Hay tanta complicidad en ellos que cuando todo se sepa nada será igual, no pensé en las consecuencias y ahora me toca estar en medio de mentiras.

—Venía a despedirme y a decirles que están invitados al cumpleaños de Renata, quiere que vayan —Luck nos mira con una sonrisa. Es tan bueno fingiendo—. No pueden fallarnos, menos tú, Marian, ahora somos… familia.

Familia…

Familia…

¡Mierda, es un desgraciado!...

—Ahí estaremos —le respondo en un tono amable y sonriendo—. Dile a tu esposa que iremos.

—Por supuesto, jamás me perdería la fiesta de tu esposa.

Stefan le desordena el cabello a Luck, ellos se ríen y puedo ver lo bien que se llevan. Si Stefan supiera lo que sucedió no estaría tan feliz.

—Me encantó conocerte, Marian, mi hermano supo escoger a su futura esposa, claro, espero que no salgas igual que muchas —Luck se ríe, mirándonos.

“Imbécil. “

—Estás traumado, síntomas de hombres inseguros.

Suelto una risita viendo que su expresión cambió.

—Marian no sería capaz de fallarme, ha sido educada bajo buenos valores. Igual que nosotros.

“Pues parece que a Luck le fallaron los valores”.

Estoy por hablar y se escucha la voz de la madre de Stefan, llamándolo.

—¡Stefan, cariño, ven aquí!

Stefan va sin negarse, dejándome sola con su hermano, hago el intento de irme y me toma del brazo, logrando que mire para todos lados, no quiero que mi padre nos vea solos. No le gustaría.

—Debo regresar a la sala —le digo.

—¿Por qué le mientes a todos? No eres la misma chica liberal que conocí, pareces distinta.

—Eso no te importa, tú eres menos imbécil cuando estás sin tu familia y no te estoy preguntando por qué.

Me suelto de su agarre, me queda mirando con sus manos en los bolsillos y una sonrisa.

—Le tienes miedo a tu padre —afirma.

—No sabes nada.

—Hay que escuchar a tu padre hablar para saber que todo debe ser como dice. Te sientes atrapada con él.

—Cállate.

Doy unos pasos para alejarme y me agarra la mano.

—Espero que nunca menciones lo que sucedió entre nosotros.

—No te preocupes, no lo haría, perdería más que tú —lo miro, bajo mi mirada por su cuerpo y con toda la intención de molestarlo le digo—; No estás tan bueno, Luck.

Me alejo sin decir nada más y al levantar la mirada veo que mi padre nos estaba mirando por el cristal, me apresuro a entrar, antes de que me acerque a los demás mi padre me detiene.

—¿Por qué estabas a solas con tu cuñado?

—Ah, me estaba diciendo lo bien que le caíste. Te admira por todos tus negocios.

—Me pareció un buen tipo, pero no me gusta que se queden solos. Te casarás, cuida tu imagen.

—Sí, padre.

Me da un beso en la frente y nos vamos a despedir a la familia de Stefan, ya es tarde, deben regresar a su casa. Esta noche definitivamente me ha dejado llena de pensamientos que no me dejarán dormir.

Me despido de papá y subo a mi habitación, me saco el vestido, quedándome en tanga.

—¿Por qué demonios no dejo de pensarte, Luck? ¡Eres mi cuñado, está mal! —hablo para mí sola, cubriéndome la cara con una almohada—. Nunca debí tener sexo contigo, pero me cautivaste.

Me acomodo en la cama, ha pasado media noche y sigo despierta

Me estoy quedando dormida y siento que se acuestan a mi lado, me levanto de golpe a prender la luz y me quedo paralizada viendo a Luck metido en mi cama, mientras baja la mirada por cada espacio de mi cuerpo.

—¡¿Qué demonios pasa contigo?! ¡¿Qué haces aquí?!

Le pongo seguro a la puerta, no quiero que nadie lo vea aquí.

—Quiero tener sexo contigo.

Sus palabras hacen que me quede inmóvil.

—Dijiste que olvidara lo que sucedió.

Antes de que hable se levanta se acerca donde mí, me agarra de las manos y me hace retroceder, quedando pegado a mí, la tensión entre los dos se puede sentir y mi cuerpo reacciona ante su mirada llena de deseo.

—Una última vez, Marian.

—No… No.

—Por favor…

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