~Marian~
—¡Ya no la golpees más! Por favor… — le grito a mi padre.
Tiene a mi madre sentada en una silla con su cara llena de sangre e hinchada por todos los golpes que le ha dado.
Nos tiene encerradas a las tres en el sótano y no ha hecho otra cosa que torturarnos para que entendamos que no tenemos que irnos. Puedo notar cómo se ensaña con mi madre, dice que lo traicionó porque nos confesó la verdad sobre su otra hija. Cada golpe que le ha dado lo hace con más ganas y es como si disfrutara de hacerlo.
Nunca lo había visto tan agresivo y eso me trae recuerdos de la cicatriz que tengo, fue él el que me la hizo, me lastimó para que yo entendiera que debía hacer caso y desde entonces me volví sumisa y por eso estamos en este punto donde nos ha dañado más de la cuenta.
Es un desgraciado que disfruta haciendo daño.
—¡Ya déjala tranquila! ¡Vas a matarla! —Angélica trata de soltar sus manos de la silla removiéndose de un lado para otro.
Mi padre la queda viendo y se acerca a ella, saca de s