~Marian~
Salgo de bañarme y mi padre está sentado en la cama, tiene ropa para que me la coloque. Me pasa un vestido largo que cubre las marcas de mi cuerpo.
—Quiero que lo uses, lo menos que necesito es que esos imbéciles vean tus heridas.
Asiento sin decir nada.
Me mira de arriba hacia abajo, no es esa mirada de un hombre hacia una mujer, sino de un padre que quiere controlar cada cosa que hay en tu cuerpo.
Termino de vestirme y es él el que peina mi cabello, me pide que tape algunas heridas de mi cara con maquillaje y lo hago en silencio, cuando estoy lista y estoy por salir me agarra de mis muñecas, haciendo que me queje porque me duele.
—Quiero recordarte que si decides hablar tu madre y tu hermana se mueren, no podrás dormir tranquila porque tendrás la imagen de ellas dos tirada en el piso en un baño de sangre.
Echa mi cabello hacia adelante.
—Vas a bajar como si nada hubiese pasado y yo te voy a estar vigilando desde las escaleras, en el momento que vea algo extraño le disparo