Temperace, se encontraba leyendo un libro de medicina en un cómodo sofá, el Alfa la observó y no pudo más que maravillarse por la eterna escena, ella estaba ahí en una bata con transparencias, sus delicadas y bellas facciones que el sol bañaba con sus rayos y su vientre abultado por llevar a su cachorro, era mafia pura
— Cariño, ¿cómo te sientes? ¿qué tal de ha portado el cachorro hoy? — el Alfa de acercó a besar suavemente los labios de su luna, mientras acariciaba a su cachorro
— Tu hijo no deja de patearme, tiene demasiada fuerza para ser solo un bebé... Alexander, ¿de que hablaban en esa junta a puerta cerrada? ¿debo preocuparme por el futuro?
— Aahh, no te mentiré Temperace, nos han llegado noticias de Caín, es desquiciado lobo quiere nuestras vidas para seguir conquistando manadas a diestra y siniestra, lo que se viene no es nada sencillo, lo que viste en el hospital es nada en comparación a lo que va a pasar, debes ser valiente cuando llegue ese día, si muero...
— ¡No, no puede