Punto de vista de Julio
Intentando acallar los pensamientos que me rondaban la cabeza, hojeaba distraídamente algunos artículos en mi teléfono; el suave brillo de la pantalla iluminaba mi rostro cansado.
Mi mente se entretenía entre los últimos titulares y la persistente preocupación por Mateo, aunque intentaba no pensar demasiado en él.
Varias veces me había convencido de que estaba bien, de que no necesitaba que yo estuviera rondando como una sombra.
El suave zumbido del aire acondicionado y el suave tictac del reloj de pared mantenían la habitación en un ritmo tranquilo, o al menos eso creía.
De repente, la puerta se cerró de golpe tan fuerte que el sonido rebotó por toda la habitación, haciéndome saltar del asiento.
El corazón me dio un vuelco al levantar la vista, solo para ver a Luis allí de pie, su presencia llenando la puerta. Su pecho subía y bajaba ligeramente y tenía la mandíbula apretada.
Sus ojos brillaban de furia, oscuros y peligrosos, haciendo que mi estómago se revol