Punto de vista de Luis
No recordaba haber salido de la habitación de Julio, pues mi mente estaba nublada, ruidosa y demasiado llena de las palabras de Julio, que se repetían en un bucle que me desgarraba la cordura.
"No deberías haberlo tratado así, Luis. Ni siquiera ves lo que haces."
"Mateo no se merece cómo le hablas."
"Puede que creas que lo sabes todo, pero no lo conoces."
Esas últimas palabras me quemaron más que cualquier otra que me hubiera dicho.
Dijo que no lo conocía, cuando yo lo conocía mejor que nadie.
Conozco su respiración cuando está frustrado, su mandíbula apretada cuando se siente ofendido y su mirada sombría cuando finge que no le importa, pero en realidad sí.
Lo conozco, pero la forma en que Julio lo defendió como si fuera su escudo personal me desgarraba hasta que la ira me inundó.
Todavía hirviendo de ira, abrí la puerta de la cocina de un tirón y vi a Mateo. Era la persona que menos quería ver, pero allí estaba.
Estaba descalzo sobre las frías baldosas, con un