Darién Ferrer
Darién entro a su habitación, seguido de Alma que tenía un nudo en la garganta del temor de que su esposo se enterara de todo lo que había hecho en su ausencia.
—Tenemos tanto de que hablar. — Comienza a decir nerviosa.
El no cambia de expresión y comienza a quitarse la ropa, ella se impresiona al ver el estado de Darién y mira hacia otro lado, jamás imagino verlo de esa forma ¡esta en los huesos!, y su cuerpo emana un olor pestilente que le ocasiona arcadas.
—Ahora no. — Responde el, tirando la ropa a la basura.
—Han pasado muchas cosas desde que tú no estás. — Susurra.
—Ya me percate de eso. — Le responde el, tranquilamente, que ella siguiera con su vida después de él, no lo afecta…Para el nadie es indispensable en la vida de otro.
—Esas personas aquí, no es lo que tú crees. — Susurra casi sin voz.
— ¿Qué es lo que creo? Según tu. — Cuestiona el, volteando a verla a los ojos, su cuerpo pudo haber cambiado y estar hecho nada, pero el poder de su penetrante mirada gris la