— ¿Dónde está papa?— Cuestiona Alex durante la cena.
—Está trabajando, regresara pronto. — Responde Miranda.
— ¿Puedes llamarlo?, lo extraño. — Dice el niño.}
—Estamos comiendo. —Le responde ella.
—No tengo hambre quiero hablar con mi papa— Exige Alex cruzándose de brazos.
—Come tu comida. —
—Mama quiero hablar con mi papa. — Le responde el niño.
— ¿Por qué eres tan necio?, intente llamarlo y no me contesta. — Trata de explicar.
— ¿A quién habrá salido?— Cuestiona con ironia el señor Hill
—Mentirosa, tú no quieres que hable con mi papa, no te quiero, eres mala. — Lloriquea el niño y sale corriendo
— ¡Ven aquí!— Ordena Miranda, y se levanta, pero el niño no la escucha y sigue corriendo, cuando Miranda hace el intento de ir tras el su padre la detiene tomándola de la muñeca.
—Déjalo, un momento, el esta pequeño. — Le responde.
—Yo soy su madre, tiene que respetarme, y tú no debes intervenir. — Le advierte.
—Sabes una cosa, mañana me voy a mi casa, aquí no se respira paz, con razón Darié