Mamá, los mellizos, Brinia y yo nos dirigimos a la clínica, al llegar nos recibió Clarisa.
-Ya están aquí- dijo mi amada al vernos -los están esperando, sígame- ella toma mi mano y juntos con los demás siguiéndonos nos dirigimos al consultorio del doctor Cleid.
-Aquí es- dijo Clarisa, para luego tocar la puerta.
-Pase- se escuchó una voz de adentro.
-Doctor Cleid- hablo abriendo la puerta -ya están aquí.
-Qué pasen- hablo el doctor Cleid.
-Bueno yo aquí los dejo, me retiro a seguir trabajando-
-Gracias- le dije, dándole un beso antes de se retire.
-Buenas tardes doctor, disculpe por avisarle de momento- hable al entrar.
-No se preocupe, Señor Carlesik- sonrió el doctor -ellos son el doctor Carmelo y Davish, tienen experiencia en casos de cardiopatía congénita en niños.