Capítulo 11; Una madre nada maternal.
Con la llegada del nuevo día, llegaron también los deseos de abandonar la casa, Jonas había pasado toda la noche acercándose a ella, aparentemente el accidente, las heridas y un brazo enyesado no resultaban suficientes impedimentos para mantenerlo a raya, y estalló en furia cuándo quiso abrazarla para dormir.
—¡Aléjate de mí y no me toques!— había dicho enojada, para luego girarse y darle la espalda.
Se había levantado temprano y preparado el desayuno, pero dejándole muy en claro que aquello no ocurriría cotidianamente de nuevo, eran solo consideraciones para alguien convaleciente, consideraciones que tendría con cualquiera. Tras tomar el desayuno y una ducha se marchó a la oficina de Jonas para entregarle al jefe, el reporte médico, junto al reposo médico que le incapacitada para trabajar, el hombre había asentido a la explicación que ella le había dado, y le había deseado pronta recuperación a su esposo.
Tras salir de allí no deseaba volver tan pronto a casa, así que decidió entra