—¿Cómo puede defenderlo después de lo que le hizo a su propia hija?— Cuestiona ella, temblando de rabia.
—Porque no quiero que mi hija, le pase lo que a mí, que por una estupidez y calumnias de terceros ellos se separen, ¡no es justo!— Le responde Alexander con calma.
—¡Ella lo vio!— Señala, empec