Aquella noche Evelyn, se había esforzado demasiado, en lucir de una manera que hiciera que cuando él la viera, quedara gratamente sorprendido, la Evelyn miedosa se había ido, hoy era la chica enamorada que quería que su novio la deseara, se dio un largo baño con muchas fragancias que había encontrado en internet, normalmente no hacia tantos gastos, todo se le iba para cuentas y ella siempre estaba en último lugar, pero sentía que en su vida por fin había un poco de luz, después de tanta oscuridad, que ese hombre era lo que su abuela pedía para ella en su lecho de muerte, su felicidad.

—Esta noche, mami, será muy feliz —acariciando a Arnulfa, mientras Kitty estaba dormida como marmota. —Podrían entrar a este departamento, vaciarlo por completo y tú seguirías dormida, pero claro, si viene papá, ahí ladras como loca.

El momento en que la palabra papá vino a su mente, pensó: “¿Él la vería como la madre de sus hijos?” Decidió alejar el tema de su mente, tenía que concentrarse en otras cosa