NATE
Sentí que algo extraño sucedía cuando comencé a acariciar su cuerpo, era diferente, mis manos se sentían más llenas, la piel bajo mis dedos se sentía aún más suave, su aroma, la forma en que correspondió a mi beso, su respiración, su pasión, sus gemidos, mi cuerpo reacciono con más fuerza que nunca, mi erección fue dolorosa, inhalo con fuerza mientras veo sus ojos, la luz tenue me permite ver el pequeño círculo claro que rodea la pupila dilatada, sus labios hinchados y provocativos, sus mejillas sonrojadas, la vista no puede ser más increíble.
—Lo, lo siento, señor Macmillan, no sé qué estaba haciendo cuando me deje llevar y continuar el beso, perdí toda mi capacidad de razonamiento y se me nublo la mente.
¿Te nublo la mente, Sue? Levanto el mentón sin dejar de verla.
Ella deja de mirarme, se ve avergonzada.
—No debe avergonzarse, el error fue mío, la confundí con… Kathe. Creí que usted era ella.
Ella afirma con la cabeza.
—Lo entiendo —dice y lo único en lo que pienso en volver