25-Mi segunda cosa favorita en el mundo.
Manejar de regreso a casa estaba resultando más complicado de lo que imaginé...
No soporté la presión, me apena porque de alguna forma siento que mi reacción pudo significar para Adam un rotundo no, a pesar de que no le di una respuesta concreta, solo me safe de sus brazos, me subí a mi auto y me alejé a toda prisa de ese lugar.
¿Que si soy una cobarde?, quizás, en realidad no se que me sucedió, me atacaron lo nervios y justo ahí, así, sin más.
Pero tengo tantas ganas de llorar que no estoy segura de haber hecho lo correcto, tal vez debí darle una oportunidad, o debí pedirle unos minutos para pensar mejor las cosas...
-Ay Dios-Exclamo en voz alta.
No puedo creer que solo han pasado un par de minutos y ya lo extraño.
Freno el auto de un solo golpe y me sostengo con fuerza del volante para no verme afectada por la inercia.
Gracias al cielo que esta carretera es poco transitada, de lo contrario, ya hubiese ocasionado un terrible accidente.
-¿Que demonios estoy haciendo?-Me pregunto en vo