AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 34. Una presencia necesaria
AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 34. Una presencia necesaria
Era una locura, una maldita locura en todos los sentidos. Julie Ann, la ex de Henry, la misma que se había enredado con su padre, Chase, para traicionarlos, había perdido al bebé que llevaba, uno que al final había resultado ser medio hermano de ella y de Henry.
La historia era tan perversa como asqueante, pero la conclusión era que Julie Ann se había vuelto completamente loca y se había llevado al bebé de Henry y Rebecca, y ahora estaba exigiendo a cambio de devolverlo que le entregaran nada menos que a Chase, que estaba en la cárcel.
Chelsea creía que su cabeza estallaría de la impotencia y de la frustración, pero como si tuviera un interruptor, su mente se aclaró en un segundo cuando escuchó la última demanda de Julie Ann.
“Tráemelo” pedía sin titubeos. “Lo vas a traer a Harriman State Park. Yo estaré allí. Cuando esté sola con él, le entregaré el bebé a Rebecca. Nadie más debe acercarse. Si veo un solo policía, desapar