Capítulo 17.

Ojos de toro.

Amanda despidió a los jóvenes y los vio partir; Daliana había abonado casi el 60% de la compra, la cual incluía ropa principalmente en conjuntos que eran más baratos; zapatos del diario y ropa interior con una toalla y un juego de sábanas, en general, la cuenta le daba 300 y Amanda le estaba haciendo un descuento del 90% por lo que tenía que pagar cómodas cuotas de muy poca cantidad.

- Tienes que tomarte una merengada de las que venden en este lugar.

- Empiezo a temer por mi estómago, ¿con qué tipo de agua hacen las cosas aquí?

- No te preocupes, está para sacarse los ojos.

- No juegues con eso Daliana.

- jajajaja..

Pero mira qué cobarde eres, ni se nota que estabas durmiendo en la calle.

- Te juro que fue solo una noche.

-Eso se lo dirás a todas…

- No hay manera en que gane contigo ¿cierto?

- No tienes esperanza…

-Y eso es lo último que se pierde…

Al llegar a la pequeña cantina la mujer pidió dos merengadas levanta muertos y enseguida empezaron a prepa