—Déjame mostrarte algo—la tomo de la mano y la llevo hasta el segundo piso, nos detenemos frente a una puerta de una de las habitaciones. —Debes saber que al ver esto, no habrá vuelta atrás
—¿Es algún cuarto rojo? —cómo es posible que lo diga con tanta emoción y para sumarle la picardía, sube y baja la cejas con sugerencia al hacer referencia al libro donde aparece dicho cuarto.
—Siento decepcionarte—al abrir la puerta, sus gestos de curiosidad cambian a sorpresa, incluso mas expresivos, como si hubiera un cuarto rojo, camina examinando el lugar, tengo dos monitores sobre un escritorio, y cinco pantallas pegadas a la pared además de un esquema detallado de todo lo que se dé la familia Fisher.
—Esto es increíble, mira mi baba caer—bromea, eso me saca una sonrisa lo que me recuerda que hacía mucho no sonreía ni me sentía tan bien—¿eres un hacker o qué?
—Soy bueno con las computadoras, fueron mis mejores amigas durante gran parte de mi crecimiento, y bueno, ahora son un arma que necesito