Ella sólo se encogió de hombros, entonces, él la llevó a donde él quiso. Sin embargo, era una operación que él debía manejar con discreción, así que no encontró un mejor lugar que un lago cercano al café. El hermoso lugar, no contaba con servicio los días de semana, lo que significa que no habría alguien en la entrada del lugar.
—¿Tenemos que saltar esa verja? —Sun-Ji le preguntó preocupada.
—Me temo que sí. ¿Tienes miedo? —y él la abrazó por su cintura, e inmediatamente, el aire se hizo más difícil de respirar.
—Sinceramente, si tengo miedo porque, si me llego a caer me podría hacer un daño. Y si eso ocurre, mi padre es capaz de encerrarme para siempre.
—Entonces, tendré que llevarte en mi espalda, para poder entrar, súbete sobre mí y sujétate con fuerza. —Él se lo dijo al oído, sin separar su cuerpo del suyo, ella sentía que moría por dentro.
Kyong analizó la verja. No era muy alta, al menos no para él. Podía pasarse al otro lado sin ninguna dificultad.
—Sujétate bien. No te voy a d