— Voy a hacer que se enamore de mí. — Sofía habló con una calma casi inquietante, rompiendo el silencio entre ella y Evelyn.

Su amiga la observaba con una taza de café en la mano bajo el marco de la cocina, y suspiró preocupada.

— ¿Y eso en qué parte de tu plan original entraba?

— En ninguna — respondió Sofía con una leve sonrisa amarga, mirando el líquido humeante en su taza como si contuviera todas las respuestas —. Pero si quiero estar cerca de Camila, si de verdad quiero protegerla… necesito estar más adentro. Más cerca. Quiero tener el control. Y si Marcus me ama, será más fácil.

— Sofía... — Eve se acercó, arrodillándose frente a ella —. Al principio esto era justo. Lo que viviste, lo que te hicieron... merecían caer. Pero ahora estás arriesgando demasiado.

Sofía tomó las manos de su amiga y le acarició los nudillos. Eve era todo lo que le había quedado de su vida pasada.

— Confía en mí. Este es el único camino que me da paz. No voy a descansar hasta que esa familia pague por tod