Se lo presento de esa manera para que deje de mirarme interrogativamente. A ella no puedo decirle que hice un trato con mi jefe de ser su novia por seis meses. Además, con esto me va a dejar tranquila; lleva mucho tiempo insistiendo para que tenga novio.  

—¿Novio? —pregunta con la mirada brillante—. Me alegro mucho. Yo soy Ada, la abuela de Clío, Leonard. Mucho gusto en conocerte.  

—El gusto es mío, señora Ada. ¿Cómo se siente? —pregunta con una sonrisa de oreja a oreja al escuchar lo que había dicho, mientras mi pecho se me apretaba, sintiendo que estaba en caída libre en un agujero negro del que no iba a poder salir tan fácil.  

—Pues ya ve, hijo, algo adolorida, pero mejor de lo que pensé —contestó mi abuela, inspeccionando a mi jefe con su mirada.  

—Me alegra saberlo —dice con una amabilidad que me so