129. CLÍO. EN CASA CON LEO
Después de mi locura con Leonard en su despacho, regresamos a mi casa en silencio. Siento que hago las cosas mal. Me gusta el sexo con Leonard, pero escucharlo decirme que me ama, hace que me sienta triste. No sé qué pasa conmigo, me gusta todo con él, sin embargo, no siento que estoy enamorada. Aunque yo no sé lo que es estar enamorada de un hombre. Quizás lo esté y no lo sé.
Leonard solo me mira de hito en hito, pero no me pregunta ni me dice nada. Tomamos un baño, para sentarnos frente a frente en el comedor. Mi abuela no hizo caso y mandó comida con Lúa y Jenri, que nos la dejaron en mi horno. Comimos en silencio, lo miro cuando él no se daba cuenta. Es hermoso, realmente lo es. Pero no siento esas mariposas, que todas dicen sentir ante el hombre amado, sin embargo, no puedo negar de que me encanta el sexo con él, me enloquece.
Quizás deba basar mi relación en eso nada más. Tal vez lo otro surja solo, pienso mientras juego con mi comida en el plato. Leonard me mira, permanec