Selena entre lágrimas escribió al número de su amiga, la respuesta fue inmediata.
—¡Hola amiga! ¿Cómo estás? ¿Es verdad lo que escribiste en el grupo?
—Hola chiquis, estoy bien. Todo lo que escribí en el grupo es verdad, me reconcilié con Saúl y en tres semanas, bueno, un poco menos, vamos a casarnos.
—¡¿En serio?! ¡Menos de tres semanas!
—Sí, amiga, ayer estaba molesta con Saúl y me pasé un poco.
—Pero el tiempo que falta es muy poco.
—Lo sé, pero ya no podemos esperar más.
Las preguntas que tenía Selena no podía transcribirlas y de pronto una encajaba bien para seguir la charla.
—¿Estás embarazada?
—No.
La respuesta cortante indicaba que definitivamente no era Soledad
—¿Entonces?
—Si no estás sentada, siéntate, que te vas a ir de espaldas.
—Ya dime, por favor. Me tienes sin uñas de preocupación.
—Saúl va a continuar sus estudios en Europa y me va a llevar con él.
—Europa. ¡Guau!, siempre me has dicho que querías ir.
—Sí. Además, siento que Saúl le