Mundo ficciónIniciar sesiónCamila esperó hasta que Alejandro estuviera enterrado en llamadas de emergencia con abogados antes de deslizarse hacia oficina vacía en el extremo opuesto del piso ejecutivo. Marcus había ofrecido quedarse afuera—"Por privacidad y seguridad"—pero Camila necesitaba esto completamente sola.
Marcó el número que Catalina había enviado, sus dedos temblando ligeramente.
Sonó tres veces antes de que voz familiar pero tensa respondiera.
—¿Camila?
—Catalina—. El nombre salió como suspiro de alivio—. Dios, he estado tan preocupada. ¿Estás bien? ¿Realmente bien?
—Define bien—, respondió Catalina con risa sin humor—. ¿Físicamente intacta? Sí. ¿Psicológicamente destruida? En proceso. Pero Camila, no te llamé para hablar sobre mí. Bueno, no solo sobre mí. Te llamé porque hay cosas que necesitas saber. Cosas que conectan tu situación con la mía de formas que ninguna de nosotras anticipó.
Camila sintió algo frío asentarse en su estómago.
—¿De qué hab







