POV Valeria.

El restaurante donde se llevaría a cabo el almuerzo de negocios estaba decorado con un gusto refinado, paredes de madera oscura, mesas cubiertas con manteles blancos impecables y un aroma tenue a vino caro y especias que flotaba en el aire. Llegamos puntuales, como siempre me gustaba hacer, y apenas entramos, un hombre se levantó de su asiento para recibirnos.

Mi corazón dio un vuelco.

—Jonathan Smith… —murmuré sin poder evitarlo.

Él sonrió con cordialidad, extendiendo la mano. —Señora Ríos, qué grato volver a verla.

No lo esperaba. Meses atrás, había intentado acercarse demasiado a mí, y Armando lo había puesto en su lugar con una frialdad que aún recordaba. No creí que lo volvería a ver, mucho menos como representante de la empresa de Singapur.

—Señor Smith —respondí con profesionalidad, estrechando su mano. Su apretón fue firme, pero nada más. Su mirada, sin embargo, me analizó unos segundos que me incomodaron.

Carla, a mi lado, parecía fascinada. Lo miraba con un inte