Una vez que ya me repuse del dolor, me acerque a David rendida, rodeandome él mi cuerpo con sus brazos, juntando sus labios con los míos, en un beso lujurioso y apasionado vitoreando nos todos los invitados
— Ya eres mía, todo su ser es mio — me dijo David
La fiesta siguió como si no hubiera pasado nada, aunque la mujer que se atrevió a acercarse a mí, me cogió del brazo haciéndome entrar con ella en la casa, nos fuimos al salón sentandonos las dos en el sofá y sacando de su bolso un tubo me empezó a poner una especie de crema en la marca.
— Si tu marido te ha marcado es, porque debe quererte mucho, eso lo hace para protegerse de quien quiera hacerte daño — me dijo
— Gracias por todo, me llamo Andrea — le dije
— Yo me llamo Fiorella, y no me tienes que dar las gracias aunque me gustaria ser tu amiga si tu quieres — me dijo rozando sus labios con los míos mientras nos mirábamos
— ¿Volvemos a la fiesta? — le pregunté
La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada, Fiorella no se