ANDREA
Me desperté dolorida en una especie de celda, con varias camas a mi alrededor, intenté ponerme en pie pero me fue imposible, por los dolores que tenía por todo mi cuerpo de los azotes con su correa que me dio el padre de Priscilla..
— Ya se ha despertado, llama al jefe — escuche aunque no vi a nadie
Me quedé tumbada en lo que parecía una cama, cuando vi entrar a un hombre mayor que se acercaba a donde yo estaba.
— Levantarla y llevarla al señor Jhonson, el sabrá que hacer con ella — dijo
Entre dos hombres me cogieron de los brazos y arrastrando me sacaron de allí, entrando seguidamente en un cuarto que había un poco más alejado sentándome en una silla.
— Nos volvemos a ver mi querida esposa — vi y escuche a David
— ¿Dónde está mi hijo? — pregunté
— Tu y yo aún no tenemos un hijo, pero no tardarás en darme un heredero — me dijo
— Ni en tus mejores pesadillas cabrón ¿dónde estoy? — pregunté
— Muy lejos de tu querido Nueva York, si quieres recuperar a tu bastardo tienes que hacer