El mafioso estaba muy nervioso, tenía a su esposa doblada de dolor, ella tenía su mano en la barriga, los mellizos se bajaron de su silla para ir a ver qué pasaba
— Mamá, ¿te sientes mal? — Darriel, que adoraba a su madre estaba angustiado
— Ahhh... creo que tus hermanitos ya vienen
— ¡Papá, llévala al hospital, a que la atienda el médico!
— Si, vamos cariño, todo va a estar bien, yo estoy aquí contigo — el mafioso cargó a su esposa en brazos y la llevó a uno de los coches, su chófer de confianza Charles, se puso al volante
— Jefe, ¿a cuál hospital?
— Reservé en el hospital los ángeles, no quiero que se crucen los baleados de la organización con él nacimiento de mis hijos
— Hades, ¡nosotros los seguiremos para cuidarlos! — Lenin, estaba por marcharse a casa cuando vió el movimiento
— ¡Deja que los demás hombres nos sigan, ocuparé de llevar las pañaleras para los bebés y mantas, te veo allá, arranca Charles!
En el camino, Nathaniel, llevaba tomada de la mano a Romina, ella seguía qu