— ¿Te acuestas con ella? Porque sigue siendo mía — contestó Eric
— Ya no es tu mujer, nos vamos a casar ella y yo y será mi mujer, es la madre de mi hijo Erik — contestó Mark cogiendo mi cintura con su brazo pegándome a su cuerpo
— Katia esto no ha terminado, te lo aviso — dijo Eric marchándose
Me puse enfrente de Mark acariciando con mi mano su mejilla.
— Gracias — le dije mirándonos acercando Mark sus labios a los míos, besándonos con deseo mientras Johana nos aplaudía.
— Te amo, no lo puedo negar más — me dijo Mark
— Yo siempre te he amado Mark, ¿podrás perdonarme algún día?
Me fui a vivir con Mark a su casa días después, la habitación de nuestro hijo era preciosa, todo pintado en azul con nubes blancas, su cuna con dosel, su moisés, la bañera, un armario para su ropita y necesidades. Mark y Johana prepararon su dormitorio con un gusto exquisito. La primera noche que pase con Mark, Johana no nos dejó traernos a nuestro hijo con la excusa de que necesitábamos estar solos. Ya