Leonardo Di Napoli se está bañando rápidamente, se le ha hecho tarde y necesita ir por su premio. Por lo menos, siente que se quitó un peso de encima respecto a Antonio, y aunque no lo quiera admitir, no lo quería matar por Sofía, ya que antes lo defendía mucho, pero al cometer un grave error fue su oportunidad para acabarlo.

Se mira al espejo y ve lo guapo que está. Seca su cuerpo y su cabello con la toalla. "Es nuestra noche", se dice a sí mismo y sonríe malicioso. Enrolla la toalla en la cintura y sale del baño con algo de afán, pero lo que lo detiene es...

—Hola, mi amor... —Francesca le sonríe. En el centro de la habitación hay una pequeña mesa con cena romántica y velas. Mientras que Francesca está como Dios la trajo al mundo, al lado de la mesa.

—Francesca... ¿Qué significa esto?

—Quiero reconquistarte, mi amor, y te deseo tanto que no me aguanto —ella se empieza a tocar a sí misma—. Mi cuerpo pide a gritos tus caricias y mis labios ser devorados por los tuyos, cariño.