Celina llegó a la casa de Tatiana aún conmocionada con todo lo que había pasado aquel día, sintiendo el peso del mundo sobre los hombros. Tan pronto como entró, se desplomó en el sofá de la sala de estar, exhausta emocionalmente. Tatiana notó el semblante abatido de la amiga y se sentó a su lado, sosteniendo sus manos con cariño.
—Amiga, cuéntame todo. ¿Cómo fue la conversación con Thor? —preguntó Tatiana, con preocupación.
Celina respiró profundo, antes de comenzar a hablar, tratando de mantener la compostura, pero era imposible. Sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz salió entrecortada.
—Oí a Thor e Isabela conversando hoy... —Hizo una pausa, sintiendo un nudo en la garganta antes de continuar—. Ella dijo que puede estar embarazada. ¿Y sabes qué respondió él? Que si eso es verdad, ella debe abortar. No quiere ese hijo, Tatiana. Dijo eso con una frialdad, una crueldad... como si estuviera descartando una vida como si fuera basura.
Tatiana abrió los ojos desmesuradamente, shocke