Ariel miró a la pareja que tenía delante sin poder todavía creer que estuvieran juntos, y ahora pidiéndole un favor tan descabellado como aquel. Pero no dijo nada, esperó que se explicaran para ver que tramaban ésta vez. Porque estaba convencido que este encuentro no era casualidad, nada con ellos lo era.
—Tú sabes que lo perdimos todo. Eleonor y yo nos conocimos al salir de la cárcel. Nos casamos, pero ahora que estábamos esperando a nuestro bebé… nos quedamos en la calle. No queremos perderlo—explica tratando de sonar sincero Enrique. —No entiendo de qué estás hablando… ¿Eleonor tuvo un bebé? —intervino Camelia por fin, rompiendo su silencio. Había estado observando fijamente a Eleonor, notando su esbelta figura y sintiendo en su interior una inquietud creciente. Algo le decía que esos dos eran problemas.