Una magnífica propuesta para un trillizo.
Ismael era un hombre tan ocupado que para manera de tomar canciones tenía que trabajar a marchas forzadas, y como la boda había sido muy apresurada, tenía un mundo de trabajo encima y no se podía ausentar.
— ¿Cómo...? ¿Un año dices? Eso es.....
Ismael esperaba que la bella pelirroja se molestara o que se decepcionara de que no tuvieran luna de miel por el momento, lo entendía pero no podía hacer nada, tenía mucha responsabilidad sobre sus hombros.
— Es malo, ¿Cierto? A todas las novias les hace ilusión su luna de miel, pero... Por el momento tengo mucho trabajo, cariño, prometo que te lo voy a compensar en el futuro.
— No te preocupes por eso, hay cosas que tengo que resolver, tampoco es como que pueda ausentarme de la ciudad por el momento.
— ¿A sí? ¿Cómo que cosas tienes pendientes que no sea consentir a tu marido cuando llegue a casa agotado de trabajar? — El CEO enarcó una ceja.
— Pues... Mi trabajo por ejemplo, hablaré con el CEO Larsson para pedirle que se olvid