Un pretendiente secreto.
Isabella estaba impresionada, había escuchado palabras de Sergey que nunca antes le había dicho, y ahora lo veía derramar una lágrima de dolor por perder a sus hijos y a ella después de haber sido tan estúpidamente egoísta.
— Sergey.... — Susurró Isabella. Ella no pudo evitar dar unos pasos hasta el padre de sus hijos y limpiar su rostro con sus dedos.
— No llores papá, Mamá, se buena y ya perdonalo. Yo también te perdono, yo... soy un niño muy bueno, ¿Cierto, mamá? — Alexandrito se dirigía a su madre, y al mismo tiempo corría a abrazar a su padre entre sollozos.
Sergey lo cargó y lo acurrucó en su pecho. Era de sus hijos el que más se dejaba abrazar y él no perdía oportunidad de sentir su cálido cuerpecito y su cariño cerca de él.
— Está bien, todo está bien, no te pongas así, un niño debe crecer feliz y entre sonrisas. Lo de mamá y papá es cosa de adultos. Lo vamos a solucionar, confía en papá.
(....)
El CEO Smith había dejado a Griselda en su habitación descansando l