Un Sergey muy gruñón.

Ese mismo día Sergey era llevado por la bella chef a su villa. En el camino aunque iba despacio cuidado que el CEO no sintiera tantas molestias. hubo ocasiones en las que tuvo que frenar de golpe por algún auto que se atravesaba.

Sergey mal miró a su mujercita bastante dolorido.

— Tu... ¿Lo estás disfrutando cierto? Me estás cobrando algo y por eso conduces como competidor de la fórmula F1, ¿Cierto?

— Claro que no Sergey, estoy tratando de hacer esto lo mejor posible. Pero ya veo que no está funcionando, ¿Te duele mucho? — Isabella hizo una cara graciosa mientras preguntaba.

— Noooo, solo siento que se me van a salir los intestinos. — El ruso hacia una expresión de dolor.

— Dios, pero que exagerado hombre tengo aquí. Dijiste que querías venir como un valiente ruso. De haber aceptado venir en la ambulancia habrías estado más cómodo y sin tanto dolor.

— ¡Jamás...! No les dijiste nada a los chicos, ¿Cierto? Quiero que sea una sorpresa. Me han estado llamando para decirme q
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