Rivales de amores.
Hasta la pista del aeropuerto internacional, un pequeño grupo de hombres que seguían con él rostro cubierto, subían a la bella jóven a un avión privado.
— Por favor déjenme ir. Primero que no voy a contar nada sobre esto. No me hagan daño, yo no he hecho nada malo. — Azucena se quebró al fin. ya era demasiado para soportar.
— Tranquilizate, no vamos a hacerte nada, venimos a llevarte con tu hermana... Fiorela. Ella fue la que pidió que te sacarán de la mansión Casareal por tu seguridad.
— ¿Fiorela? !Mi hermana no se olvidó de mí! ¿Dónde está ella? ¿Esos mafiosos la tratan bien? ¡Tiene que decirme!
— No sé los detalles, solo te aclaré la situación para que no sigas muerta de miedo. Ponte cómoda y disfruta del vuelo. Pronto llegaremos a tu destino y podrás hablar de las cosas con tu hermana.
La joven oriental asintió, ella pudo estar más tranquila, comió un sándwich y una soda antes de quedarse profundamente dormida. El rescate del que no sabía le había afectado bastante em