El viaje continuó por treinta minutos más, al llegar Blake abrió la puerta del auto, tomó la mano de la chica y le ayudó a bajar.
-Blake, quiero estar sola un rato, no te molestes, pero necesito caminar.
-Solo no te vayas muy lejos por favor, dijo Blake, él sabía que el lugar era muy seguro, él era el propietario de todo aquello que pudiese mirar, era su propiedad en donde iba a relajarse, nunca nadie más que había estado ahí y ahora por impulso de estar solos y de protegerla, había llevado a Karolina a aquel lugar, lo que venía, sería un poco difícil para ella, pues le propondría matrimonio a Marla, la haría pagar donde mas le dolía, en lo económico, ya Karolina había sido clara y lo apoyaba.
-No te preocupes, no me alejaré, solo quiero caminar un poco.
Blake pensó que se sentía algo melancólica, Karolina caminó hasta un arroyo, cruzó hasta llegar a unas rocas, ella aun podía observar la casa, estaba bastante cerca, la luna proveía de luz toda la hermosa playa, ella levantó su largo