CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE: LA ÚLTIMA PIEZA DEL ENGAÑO.

Damon Collins.

Christopher sale hecho una furia. Yo no planeé que mi hija saliera embarazada de su hijo en ese momento, años atrás.

Mi deber como padre es cuidar a mi hija sobre todas las cosas, y eso fue lo que hice. Fue la decisión correcta mandarla a otro estado para cumplir con su deber, la responsabilidad que le había asignado, y que culminara sus estudios, como lo logró hacer.

Ahora no pueden catalogarme de calculador y manipulador, cuando lo único que he hecho es proteger a mi hija y, sobre todo, asegurar su futuro y el de sus hijos.

No me arrepiento, porque ver a mis nietos y ver a mi hija en matrimonio con el hombre correcto me doy por bien servido.

Maldigo en mis adentros la hora en que Alice apareció en mi oficina; rara vez viene por estos lados. «Maldito Christopher», pienso. Este secreto nunca debió salir a la luz, me lo hubiese llevado a la tumba si era necesario. Ya no tiene caso ocultarlo.

—Nell —digo al tomar el