2/DESPUES DE LA TENTACIONE

Una vez que las cinco amigas nos volvimos a reunir en la barra del bar, nos marchamos del club, devolviendo las máscaras a la chica que había en la entrada y que nos lo dio nada más entrar, ya en la calle nos fuimos todas a donde estaban aparcados los coches de las dos compañeras, fijándonos mi amiga y yo, de que había un coche de alta gama aparcado enfrente del club, con un hombre dentro aunque no pudimos distinguir mucho ninguna de las dos su rostro, ya que no se veía mucho con unas simples luces de neón que tenía el club. Mi amiga y yo nos despedimos de las tres compañeras de trabajo, subiendo todas a los coches, marchandonos de  aquel lugar.

— ¿Qué te ha parecido el bombón que te ha elegido? — me preguntó mi amiga

— Casi muero de placer Sandra, que manos, que lengua, que de todo — respondí

— Entonces volveremos otro día, por lo menos no ha sido el baboso de nuestro jefe — me dijo

— Sabes que si no hago lo que me pide john aunque me de asco, estoy despedida y las facturas no se pagan solas — respondí

— Denuncialo por acoso Sofía, cada vez que te llama, me duele a mi todo mi cuerpo, no puedes seguir así — me dijo

— Ya lo sé, pero es todo consentido y la policía no me haría caso, pero no tengo otra cosa Sandra, estoy buscando trabajo y lo sabes, pero siempre me dicen lo mismo cuando voy a las entrevistas, lo siento señorita, pero no es lo que buscamos — dije con cierto sarcasmo riéndonos las dos

— Ya hemos llegado, mañana te recojo a las siete como todos los días — me dijo mi amiga cuando paró su coche enfrente de la portería de mi casa

Cuando llegamos a mi casa, me despedí de mi amiga, baje de su coche y me acerque hasta la portería del edificio donde vivo entrando dentro para subir a mi casa, pero dándome cuenta de que el coche de alta gama que vi aparcado enfrente de la entrada de aquel local, estaba aparcado enfrente de mi edificio, subí por las escaleras hasta mi casa, entre dentro viendo todas las luces apagadas, me fui a mi dormitorio quitando antes los zapatos para no hacer ruido, me quite la ropa y me puse el pijama tumbandome en la cama pensando en aquel hombre que hizo que por un momento no existiera nadie más en el mundo que aquel hombre tan sensual y yo. Al día siguiente, me levante pronto como todos los dias, entre en el cuarto de baño para ducharme, cuando terminé, cogi la toalla rodeando mi cuerpo con ella, marchandome del cuarto de baño volviendo a mi dormitorio para vestirme. Me fui después a la cocina para preparar el desayuno de mi hermana y el mío, escuchando como ya se había levantado.

— Buenos dias Sofia — me dijo mi hermana

— Buenos días Julie, ¿cómo te encuentras hoy? — le pregunté

— Creo que me voy a la cama y  voy a estar tumbada todo el día, no me encuentro muy bien — me dijo

— Carla vendrá dentro de un momento, sabes que si me necesitas puedes llamarme y enseguida estoy aquí contigo — le respondí

— No Sofía cariño, aunque me gustaría trabajar a mi tambien para ayudarte hermanita, bastante estas haciendo por mi — me dijo

— Verás como pronto encontraremos a alguien que sea compatible contigo y te casaras antes que yo — le dije para ver la sonrisa tan bonita que tenia, ya que siempre estaba muy seria

— Bueno ya me marcho, y sabes que siempre me tendrás hermana, no te rindas porque te necesito y mucho — le dije viendo una lágrima caer por su suave mejilla

Le di un beso a mi hermana limpiando su lágrima con mi dedo, me fui a mi dormitorio para coger mi bolso, marchandome de casa hacia la calle, donde ya me esperaba mi amiga dentro de su coche.

— Buenos días ¿cómo se encuentra hoy Julie? — me preguntó

— Como todos los días, yo no sé si podría aguantar los dolores y la quimio como mi hermana aguanta — respondí

— Es una luchadora, espero que pronto encontréis un donante que sea compatible con ella — me dijo

Llegamos pronto al hotel aparcando mi amiga su coche en el parking, bajamos las dos del vehículo acercándonos hasta donde estaban los ascensores para el servicio, 

— Esperarnos — escuchamos a nuestras compañeras que entraban también a la misma hora que nosotras dos

— Buenos días, un poco más y os toca esperar al próximo — le dijo mi amiga sonriendo

— Os habéis enterado de la nueva noticia que se habla por el hotel — nos dijo Viki

— ¿Nos van a subir los sueldos? — pregunté yo

— No, el nuevo dueño del hotel, es según me han dicho, un mayor que nosotras,multimillonario y un playboy, dicen que no hay mujer que no se rinda a él, con solo su mirada y encima es italiano — nos dijo Viki, nuestra compañera

— No será para tanto, hay muchos tíos buenos por el mundo — dijo mi amiga

— Yo os cuento lo que a mi me han dicho, no lo mireis a los ojos por si acaso — nos dijo Viki, riendo todas mientras salíamos del ascensor, dirigiéndonos hacia el cuarto de servicio para cambiarnos de ropa

Nos marchamos  las tres compañeras del cuarto de limpieza con nuestros carros, para ir cada una a su planta, nada más empezar por mi primera habitación me llamó John, mi jefe por el móvil para que fuera a su despacho. Deje mi carrito fuera de la habitación dirigiendome hacia los ascensore, cruzandome con un hombre alto, con unos preciosos ojos de color verde y de pelo negro como el azabache.

— Perdone ragazza, ¿tiene toallas limpias en su carrito? — me preguntó

— Si claro, las puede usted coger del carro no se preocupe, nadie le dirá nada — le dije viendo que el ascensor ya había llegado, pero mirando a ese desconocido, ya que su voz me resultaba muy familiar y sobre todo cuando me dijo ragazza.

— Perdone mi falta de educación, me llamo Mario ¿y usted se llama? — me preguntó

— Sofía, encantada pero ahora me tengo que marchar, me ha llamado mi jefe, — le dije marchandome

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