CAMILA
Quiero odiarlo.
Debería odiarlo.
Después de todo, él me rompió el corazón.
Pero aquí estoy, sintiendo que cada vez que lo tengo cerca, mi cuerpo me traiciona.
Mi corazón late más rápido.
Mi piel se estremece con su voz.
Y lo peor de todo… es que él lo sabe.
Nicolás Montenegro no es tonto.
Sabe que aún me afecta.
Y eso lo vuelve aún más insoportable.