Inicio / Romance / EL AMOR ETERNO DEL JEQUE CRUEL / Un misterioso ruso aparece.
Un misterioso ruso aparece.

En una exclusiva sala de hospital, Montserrat era cuidada por el hombre misterioso que la salvó del tratante. No es que no hubiera personal disponible, fue que el quiso cuidarla personalmente.

Más de pronto entre sus delirios ella comenzó a llamar un nombre.

— Alejandro... ¿Por qué me has traicionado...? Te amaba tanto... Mi amor no fue suficiente para ti, eres un traidor...

Mientras ella hablaba en su inconsciencia, su rostro se mojaba de lágrimas. Su estado era lamentable, parecía estar sufriendo mucho.

— Ya pasó, estás a salvo... ¿Quién es ese Alejandro por el que tanto lloras?

El hombre sacó su pañuelo y secó las lágrimas de la jóven, el siempre frío director de operaciones internacionales de la interpol, se preguntaba quien había sido tan miserable como para lastimar tanto a esa linda chica.

El médico estuvo luchando toda la noche con la fiebre de la paciente, ella de pronto empeoraba, parecía que su cuerpo estaba agotado y cansado de la vida, algo inexplicable que le sucediera a una mujer tan joven y bella.

No fue si no hasta el siguiente día por la mañana que la castaña despertó, ella abrió los ojos lentamente, sus negras pestañas se sacudieron despacio.

Sergey Volkov la miraba fijamente, los azules ojos ahumados de la jóven eran simplemente bellísimos, ese sin duda era un color de ojos difícil de encontrar.

— Buenos días señorita Villalba, ¿Cómo se siente?

— Yo... — Ella quiso incorporarse pero un mareo la atacó de nuevo.

— No, no te levantes, tuviste fiebre toda la noche, tu cuerpo está débil ahora mismo.

— ¿Qué me pasó? ¿Cómo sabes mi nombre? — La ex reina de belleza preguntaba mientras era acostada de nuevo por el apuesto ruso de cabellos castaños, incluso un poco más claros que los de ella.

— Lo vi en tu pasaporte.

— ¿Revisaste mis cosas? — Ella preguntó un poco molesta.

— Si, pero solo para saber algo más acerca de ti, después de todo me pedirían tu nombre aquí en el hospital, y aunque tengo muchas cualidades, todavía no soy adivino.

La jóven que no hacía mucho había participado en un concurso internacional muy importante quedando en el top diez. Observaba la habitación a detalle, era sin duda muy lujosa, amplia, extremadamente pulcra, ella nunca había estado en un lugar así antes, eso era porque gozaba de buena salud.

— ¿Tú me trajiste aquí?

— Si, ese trata de de blancas estaba a punto de llevarte para venderte al mejor postor, ¿No lo recuerdas? Después te desmayaste por el shock.

Monse hizo un momento de silencio, ella recordó, las imágenes de ese hombre tan desagradable llegaron a su mente.

— Si, ya lo recuerdo, sentí tanto terror, ese hombre... El quería llevarme. Apenas baje del avión y ya estaba a punto de ser secuestrada por un traficante, ¿Qué clase de país es este?

— Uno muy bello, pero también muy peligroso, lo que me lleva a preguntar, ¿Qué hace una chica como tú viajando sola, y sin conocer a nadie aquí? No debiste aventurarte sin saber los riesgos que se corren en la helada Rusia, estuviste a punto de no volver a ver la luz del día nunca más, esa gente es desalmada, apenas se las llevan comienzan a drogarlas para que pierdan toda voluntad hasta convertirlas en adictas.

— Dios... Debí elegir otro lugar del mundo para escapar, esta no fue una buena elección, entonces creo que me iré, volveré a mi país apenas salga de aquí.

— Eso será lo mejor. No sé que te ha pasado, pero es mejor estar al lado de los tuyos cuando las cosas se ponen difíciles.

Aunque ambos hablaban en perfecto Inglés, eso hacia que el atractivo hombre ruso no supiera exactamente de que que país provenía ella. Pero había leído su pasaporte y en el decía que la bella mujer era mexicana.

— Si... Es solo que no quise preocucapar a mi familia con mis problemas, iré a casa cuando me encuentre mejor. Por cierto, a cuántos miles de dólares ascenderá la cuenta, si es posible quiero que me den de alta ya mismo, en este momento no puedo utilizar mis tarjetas, y dispongo de poco efectivo.

— No tienes que preocuparte por eso, yo saldaré la cuenta, después de todo fuí yo quien te trajo a este hospital.

— Oh, no, no quiero deberte nada, eres un extraño, ¿Nunca te dijo tu madre que nunca aceptaras nada de gente que no conoces?

— Si ese es el caso, entonces me presento, soy Sergey Volkov, fuí tu compañero de viaje desde Egipto hasta aquí, él que te prestó su saco para que no pasaras frío, si hubiera querido hacerte daño ya he tenido bastantes oportunidades, ¿No lo creés así?

— ¡Tú...! — Monse se quedó pensando un poco, ese hombre se portó como un caballero con ella, le acababa de salvar la vida prácticamente, y la había llevado al hospital después de desmayarse, si hubiera querido se la lleva y la vende el mismo.

— Está bien señor Volkov, pero apenas pueda le devolveré el favor.

— Estoy más que seguro que así será, por cierto señorita, usted llamaba a alguien mientras tenía fiebre, dijo: Alejandro, ¿Por qué me has traicionado? ¿Quién es él?

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP