Las palabras de su esposa fueron como un golpe para él, su amada le pedía que le hiciera un bebé, y eso era algo que tal vez nunca podría ser posible.

— Querida, eres muy joven aún, porque no disfrutamos de nuestra luna de miel un poco más, ¿Eh? Me gustaría tenerte para mí solo más tiempo, apenas estamos recién casados, tenemos mucho tiempo por delante.

— Entonces... ¿No quieres ser padre? Pensé que lo deseabas tanto como yo... — Monserrat no se esperaba la respuesta de su marido, nunca antes había dicho esas palabras. Ahora decía que quería esperar.

— Alejandro, siempre lo has sabido, yo deseo ser madre, quiero poder llevar a tu hijo en mi vientre. Te amo muchísimo, ¿Qué tiene de malo querer que tengamos un bebé?

— Por el momento no hay prisa, quiero que la señora Ali sea solo mía, no te quiero compartir al menos por unos años. También te amo, ¿Qué tiene de malo que te quiera solo para mí por un tiempo?

A Monserrat le dolió la negativa de su esposo. A él no le emocionab