Al día siguiente la dieta de Monserrat seguía siendo blanda, ella estaba despierta pero no podía moverse demasiado.
El Jeque ya había tomado una ducha y se había cambiado de traje, los CEOS lo estaban esperando para la reunión diaria, solo que él no llegó.
Fué Vladimir quien se comunicó con él.
— Alejandro, faltaste a la reunión, ¿Ocurre algo?
— Si, estoy ocupado cuidando de mis hijos, ellos nacieron ayer por la noche.
— ¡Ya nacieron! ¿Por qué no me llamaste? Eso es maravilloso, por fin recibieron a los pequeños, avísame cuando estén en casa, Rafaela y yo los visitaremos.
Esa tarde el médico pasó a revisar a Monserrat, ella se estaba recuperando favorablemente de la cesárea.
— Le daré el alta señora Ali, va a ir a casa pero debe tener cuidados muy rigurosos, nada de excesos, va a guardar cama durante unos días más. En una semana la quiero ver en mi consultorio para quitarle los puntos, ahí evaluaremos de nuevo su estado de salud.
Para ese momento, el Jeque ya hab