Los herederos han crecido.
Alexandro Ali, guardaba recuerdos que no le contaba ni siquiera a su mejor amigo, pero las veces que regresó a Rusia, él vió a escondidas a Emma.
La jóven Darkok y él se llevaban muy bien, no podía decir que fueran una cita, pero tomaban café, y paseaban por la lista de hielo, ella siempre le sonreía con su linda sonrisa y sus bellos ojos grises.
— Alexandro... Alexandro, ¿En qué estás pensando? Parece que estás enamorado, si no supiera que eres más frío que un hielo, diría que una chica te tiene atrapado.
— ¿Cómo se te ocurre? Solo pienso en trabajar, mi padre tiene todas sus expectativas puestas en mi, soy su único hijo, y es claro que el trabajo que tiene es interminable, una vez que pueda aligerar su carga, él podrá pasar más tiempo con mi madre.
(...)
Los choferes de las ricas y prestigiosas familias habían recogido ya a las señoritas Ali, y Darkok, la primera en llegar fue Alejandra.
El Jeque se encontraba en casa, él había venido para comer con su esposa, aunque p